Dolor

El dolor una vez más me hizo su presa, acompañada de agonía y desesperación. 

- ¡Quiero gritar e irme de aquí! 

Mis pensamientos me traicionan, no puedo llorar porque sequé esa saciedad de lagrimas sin parar. No tengo a quien recurrir. La ayuda se escabulle rápidamente como una estrella fugaz... ¿Será tarde? 

Lentamente, el caudal emocional se fue tornando negro, tomando todo a su alrededor, provocando ansiedad, temor, desasosiego y provocando escozor de soledad.

Inevitablemente se desbordó, acorralando la soltura, dejando vacío el corazón destrozado...

Sólo quedaron las sombras y las sobras de toda una esperanza sin color, dejando sin aliento cada suceso con la razón.


A pesar de todo sé que en algún lugar habrá una esperanza, hay que tener confianza para poder superar estos tragos amargos y convertirlos en orgasmos del más allá. 



Comentarios

Entradas populares