La última vez que lloré

Corría el año del 2006, iba en la prepa, llena de acné, brackets, no conocía el poder del cepillo y menos de una plancha para cabello; los stickers eran de cow cow, los discman se vendía como pan caliente, y el tener un I pod era de lo más in; se escuchaba un poco de Avril Lavigne, Panda, Evanescence.

Poco a poco el Vive Latino hacía de las suyas en nosotros los adolescentes, queríamos estar en medio de todo el slam de lo que anunciaba el cartel. Pero una banda mexicana fue la que atrapó totalmente mi atención, con la voz y energía de una mujer llamada Elizabeth Nogues, mejor conocida como Elis Paprika. Nunca se me olvidará la primera canción que escuche en el viejo MTV , "Give me love". Esa tonada melancólica, esa letra que te consumía hasta la piel y los tonos de guitarra, batería y bajo, era una explosión que nunca había sentido. En esos momentos lo primero que quería fue en tener una banda y ser como ella, entregarme con una energía inexplicable ante la música. Después de ese disco sonó "No puedo", la primera canción que me hizo llorar, pero a mares, y semblar al mismo tiempo el desamor adolescente cargado de hormonas y pensar que tenía el amor de mi vida en esa edad.

Moría por verla en vivo para estremecerme, la seguí al paso de los años, y me tocó verla en un Vive Latino junto con los Satin Dolls y fue alucinante al menos escucharla un poco, y sentir todo eso que me apasionaba, pero aún no era con su grupo con su familia.
Pasaron los años así como grandes éxitos con sus rolas de diferentes discos, y su música sonaba en Soy tu Fan, hasta hizo sentirnos en casa cuando interpretó Hasta que te conocí de Juan Gabriel y nos hizo llorar de nuevo. En lo personal Elis Paprika cambió mucho mi vida, con su música y letras, me hizo pasar una adolescencia menos dolorosa, a pesar de que lloraba con sus canciones, me hacían ver la vida de diferente manera.

De ese 2006 melancólico, llegamos al 2017. Una evolución muy grande en la música y en el contexto mexicano en general. Los chavos que eramos en ese entonces ahora somos una generación que extrañará esos momentos, donde las cartitas de amor era el twitter de hoy, y los recaditos son los Saraha, no se tiene el valor de expresar lo que se siente, así que se recurre a la mercadotecnía para expresarnos mejor.

Y Elis Paprika evolucionó, cambió su nombre a Elis Paprika and The Black Pilgrims, la música seguía moviéndome como la primera vez, y las letras llegaron como todo lo que se necesita en su momento "justo a tiempo". Así que también ocurrió la oportunidad de poder escucharlos en vivo a todo color gracias al Circuito Indio que realizaban este proyecto para que las bandas indies fueran más conocidas en toda la República Mexicana.

Fue un 19 de Agosto del 2017, en Pachuca Hidalgo a una hora de donde vivo, tocaron en un lugar llamado Dunkelheit Bar. Recuerdo muy bien ese día ya que tenía mares de tarea de una evaluación final, no la había hecho, y por ende me llevé como "buena estudiante" mi libreta y libros para poder realizarla, no me importaba nada, tenía que verlos. En esos entonces personalmente nada , absolutamente nada me hacía llorar, ni la partida de mi ex, ni las canciones más tristes,  nada podía hacerme sentir algo "Hasta que te conocí"...
Empezaron a tocar y de repente sentí un "flashaso" de toda mi preparatoria, mi corazón roto por mis ex que me hicieron como trapo viejo, melancolías al por mayor el recordar las cartitas de amor que me mandaban y las canciones de ellos que dedicaba. Tocaron varias canciones que poco a poco hicieron estremecer mi alma y que llegaban a mis conductos lagrimales. No fue hasta que sonó Feliz, ¡fuck! con las primera lineas sentí que me estaban apuñalando el corazon que dicen así: "Antes de que pase el verano quiero verte sonreir, sólo a ti, la he pasado mal en estos días que no estas y yo hoy no me siento bien... el amor no se esconde y no puedo yo fingir..", mi adolescencia plena y las decepciones amorosas invadía mi mente y mis lágrimas salieron como nunca, no podía contenerme, no me importaba que me vieran, sólo quería disfrutar y llorar. Así como ésta canción fueron más con las que el llanto se hizo presa de mi.



El concierto terminó, ella se bajo a firmar discos, me esperé a que pasará un chico y seguí yo, lo primero que le dije fue: "Me hiciste llorar y recordar todo, gracias por hacer música Elis", ella me abrazó, la neta no quería soltarla, su abrazo fue tan sincero y tan bello, que me sentí super segura y  me dijo: "todo pasa, para esto es la música para sentirla ha sido un honor tocar para ti. Me mató por completo, como músico y como persona la mejor.
Esa fue la última vez que lloré. Si estás leyendo esto Elis, GRACIAS. 




Comentarios

Entradas populares